viernes, 29 de octubre de 2010

LA DEJADEZ DE TODOS

Después de la aprobación en el Congreso de los Diputados de la Reforma Anti-Laboral se presenta de nuevo este gobierno encabezado por Zapatero (el que prometió que no le fallaría al pueblo) con los presupuestos generales del estado más antisociales que ha conocido España desde que estamos en el régimen de la transición. En la línea del neoliberalismo que ha adoptado el gobierno no solo está haciendo políticas de derechas, también le facilita la labor a los ultraconservadores allanándole el camino hacia la Moncloa y si al final lo consiguen no será por meritos propios sino por deméritos de los actuales inquilinos.
Parece lógico que toda la derecha parlamentaria no diga nada o utilice un discurso banal contra los presupuestos pero esto es pura estrategia política ante las próximas elecciones porque estos serian los presupuestos que ellos harían, luego para que mojarse.
Lo que no es lógico es lo que vienen haciendo los sindicatos de alta clase CCOO y UGT, y la dejadez de los otros, apostados cada uno en sus poltronas y mirándose el ombligo en lugar de pensar con la cabeza y actuar en consecuencia al unísono teniendo presente el porqué y por quienes estamos así, solo con esto bastaría o debería ser suficiente para configurar esa mayoría imprescindible para hacer frente a la demolición de derechos y libertades a la que estamos asistiendo impávidos. Es urgente que cada uno de nosotros ejerza el papel que le corresponde, abandonando el interés sectario y poniéndose a trabajar en común, después habrá tiempo para las reprimendas y las criticas.
Hace falta dar una respuesta acorde con los acontecimientos, ya no cuela que sin ser los responsables de la situación seamos siempre los mismos los que paguemos las facturas del descalabro económico y social al que nos han llevado, hay que reaccionar contra los métodos utilizados que pretenden eliminarnos como ciudadanos libres y con derechos. Estos métodos van todos encaminados a la manipulación de la información para causar desorientación, la represión sistemática de las reivindicaciones para anular la acción y estimular el miedo paralizando así a los individuos en sus aspiraciones. Con las prácticas de estas políticas están consiguiendo suplantar a los ciudadanos por seres fatalistas, infelices, inclinados a pensar en que no se puede hacer nada, que no merece la pena mover un solo dedo para llegar a la conclusión de que para que complicarse la vida. No podemos resignarnos a ser una sociedad de súbditos y vasallos, hemos de exigir y ejercer nuestros derechos para ser dueños de nuestros destinos y a la vez guardianes celosos de la libertad para ser y sentirnos verdaderos ciudadanos. Hay que luchar para reformar este sistema dotado de una superestructura blindada a un mercado que está por encima de cualquier otra consideración, hay que exigir el control riguroso de los políticos, ejecutivos, de bancos y empresas para que no puedan aparecer ejerciendo actividades delictivas o simplemente que no den cuentas de sus acciones ante nadie. Sin estas medidas y otras encaminadas a regenerar la democracia todo continuara siendo una farsa, debemos ser incansables en recordar y exigir que se apliquen las reglas del juego de la libertad, de la ética, porque los únicos que damos legitimidad a la democracia somos los ciudadanos por mas que les pese a los políticos y a los poderosos.

lunes, 18 de octubre de 2010

LOS TIEMPOS DIFICILES

Estamos viviendo tiempos difíciles, aun lo son mas por el empecinamiento de individuos sin escrúpulos metidos a políticos empeñados en sacar jugo incluso del tuétano de los sufridos trabajadores, allá por el año 1977 en los famosos “Pactos de la Moncloa” se convino la reducción de los costes laborales a la empresas y la subida de la presión fiscal a los trabajadores, imposiciones hecha con el beneplácito de los sindicatos del régimen, ya ha llovido, pero siempre llueve a favor de los mismos. Son innumerable las crisis que hemos conocidos y sufrido los trabajadores, cada una de ellas con nombre y apellidos y a cual peor. Quizás por haberse dado cuenta los empresarios de que la estrategia funciona, en cada una de estas crisis consiguen imponer sus tesis de cómo debe administrarse el país, por ende las empresas, doblegando a los asalariados a través de los gobiernos y los sindicatos sin que ni unos ni otros hagan nada para parar esta debacle. Sumidos hoy por hoy los unos y los otros en la irremediable mediocridad de la política y del sindicalismo, no son capaces de dar las respuestas validas y comprometidas en las campañas electorales, esas que se dan cada cuatro años, candidaturas con listas cerradas elegidas por las cúpulas de las organizaciones, aupadas por la propaganda intentan convertir a los candidatos en los héroes que los trabajadores necesitan para la solución de los problemas, prometen trabajo diario bien remunerado, mejoras sociales, acabar con el egoísmo y la maldad y el largo etcétera que marca el guion, pero nada de eso se cumple una vez y otra vez. Por el contrario lo que están consiguiendo es menguar en derechos y libertades cada día más a los hombres y mujeres, lo que provoca que los ricos sean más ricos y los pobres sean más pobres. ¿Para cuándo la Justicia Social?