Cuando a la injusticia la hacen Ley, el deber de los ciudadanos es revelarse en contra. Esta reforma laboral, como las anteriores, no viene a solucionar los problemas de los trabajadores, viene a complacer las demandas de los empresarios, aunque aún así no están satisfechos y quieren más. Esta reforma laboral significa la derogación total de los derechos de la clase trabajadora, con ello consiguen la imposibilidad de que casi nadie pueda crearse un proyecto de vida al no haber estabilidad y si toda la precariedad en el empleo.
Es indígnate la situación en que se encuentran los trabajadores de este país, es indígnate que unos malvados hayan dejado a la mayoría de la población a las puertas de la miseria y en la miseria a cinco millones personas y subiendo. La única manera de parar esto es que mañana sea un éxito rotundo la huelga general, paremos todos para que estos salvapatrias se den cuenta de que los votos no son un cheque en blanco, ni patente de corso para hacer lo que les da la gana, que con mentiras, con trampas y engaños no son formas de gobernar un país.
Hay trabajadores que (dicen) no harán la huelga para castigar a los sindicatos UGT y CCOO por las políticas que practican, es una excusa como otra cualquiera, con su actitud se castigan ellos mismos y a sus descendientes, condenan las generaciones presentes y futuras y dan valor al gobierno de ultracentristas del PP, y ese valor lo van a utilizar no para enfrentarse a Alemania y Francia para hacer otras políticas, lo van a utilizar para justificar más recortes en sanidad, educación, investigación, derechos, etc, etc. Así es que el que no haga la huelga estará castigando también al resto de organizaciones sindicales, sociales y partidos políticos que también convocan este paro, lo esencial no es quien convoque, lo esencial es que sobran razones.