Mi recuerdo, admiración y respeto a don Giuseppe Englaro y su familia, muestra de sensatez e integridad, que después de darle la vida a su hija Eluana, tuvo que velar su muerte durante 17 largos años, ellos han demostrado al mundo lo injusto y cruel que pueden llegar a ser la iglesia católica desde su impresionante fanatismo e intransigencia, el adoctrinamiento y sometimiento que ejercen solo para el sufrimiento es indignante. Mi desprecio a los que anteponen creencias, utilizan el chantaje y se ceban con toda su crueldad en seres indefensos y familias rotas por el dolor.
Todo ser humano tiene el derecho de elegir su vida y de ser posible, su muerte, esto no será permitido mientras, como dice Saramago, la iglesia católica “utilizan el chantaje moral para inmiscuirse en la gobernación de los países, en especial aquellos que, por razones históricas y sociales, todavía no han osado cortar las amarras que siguen atándolos a la institución vaticana".
No podemos seguir esperando la “piedad” de los políticos cantamañanas que solo piensan en los votos, que prometen un mundo mejor cuando están en campaña electoral y luego hacen lo que les da la gana, cuando no, lo contrario de lo que prometían. Debemos exigir que se regularice por Ley la Eutanasia que, como es bien sabido, etimológicamente tan sólo significa buena muerte o muerte digna y así se podría evitar el sufrimiento de cuántos enfermos y vidas estén en procesos de enfermedad irreversibles, un poco de sentido común.
Descansa en paz Eluana.
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