Sin hacer juicio de valores a priori con el nombramiento de Troncoso como presidente de TUSSAM quiero expresar mi intranquilidad acerca de lo que puede suponer que el (eventual) Alcalde en un arrebato de soberbia quiera más de lo mismo de antes de la huelga para esta empresa.
Las comparaciones son odiosas y la verdad es que comparar a alguien con el “dimitidor por dignidad” perdería por goleada el primero, es imposible igualar a ese “atila Gutiérrez” en su falta de capacidad absoluta para el dialogo y la negociación, palabras que desaparecieron del diccionario de las relaciones laborales entre la empresa y los trabajadores nada más ser nombrado el “dimitidor”, aunque también es cierto que no ha sido cosa solo de uno, también está el todavía gerente que ha hecho y ha tenido que ver mucho en todo lo acontecido y todos los indicios apuntan a que va a seguir siendo así. Este gerente de pocas palabras y peores gestos, experto en la provocación cuerpo a cuerpo será el encargado de aleccionar al nuevo cargo desde las virtudes y conocimientos empresariales que le caracterizan, todas ellas demostradas en TUSSAM, intentara con una lección magistral formar en el menor tiempo posible la cultura del escarnio y del pillaje a los derechos de los trabajadores, única manera (según su teoría) de sacar adelante una empresa pública deficitaria y hacerla rentable a los ojos de los ciudadanos, a su vez le revelará al nuevo inquilino del sillón del consejo de administración la urgente necesidad de llevar a cabo las reformas y recortes propuestos no vaya a cambiar la situación económica del país y se pierda esta oportunidad única de aplicar (como establece el manual del neoliberalismo) las medidas correctoras tendentes a reducir plantilla, privatizar líneas y recortar derechos de los trabajadores. Este sagaz director justificara su permanencia en el sillón que lo cobija por no tener la misma opinión de lo que significa la “dignidad” que su anterior jefe, (esquiroles los hay en todos los sitios) para él la dignidad tiene un precio pactado y directamente relacionado con el contrato que tiene con TUSSAM, que por cierto, para este tipo de contratos no se exige ningún requisito que contemple la productividad, entendida esta como medio de alcanzar objetivos de afianzamiento, consolidación, expansión de la empresa, para este tipo de contrato la productividad tiene otro significado o simplemente no existe como tampoco otras exigencias y que si se requieren o imponen a los trabajadores.
Aunque no da igual quienes sean los interlocutores por parte de la empresa y el ayuntamiento, unos y otros deben saber y han tenido la oportunidad de comprobarlo que los trabajadores no vamos a permitir que nos ninguneen. A pesar de no gustarnos la forma en que se ha llegado al acuerdo de comenzar de cero, a pesar de que en ocasiones y aún con documentos, se han desdicho de los acuerdos firmados, a pesar de todo, los trabajadores en un nuevo acto de esperanza hemos apostado por dar una nueva oportunidad de llegar a acuerdos que sean viables para ambas partes, sin que esto pueda significar empobrecer o debilitar a la empresa y sus trabajadores más de lo que ya están, hay y todos lo sabemos, salida sin tener que dejar nada en el camino, solo hace falta voluntad y dialogo medicina indispensable para solucionar los problemas. Los trabajadores ya hemos mostrado nuestra voluntad y la disposición al dialogo como siempre, ahora toca a la otra parte demostrar que están por la labor.
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