miércoles, 25 de noviembre de 2009

Reforma Laboral

La frase “la crisis que la paguen los ricos” debería ser algo más que un eslogan al uso, al menos debiera significar un cambio comprometido para corregir el rumbo, variar la dinámica y establecer el modelo que garantice el freno a este desarrollismo inmoral que nos han impuesto, una cascada inagotable de exigencias laborales y sociales haciendo prevalecer un método absolutamente antisocial. Que los ricos se enriquezcan mas es condición sinecuanum para acceder a cualquier mejora económica o social, toda opción distinta a los inquebrantables beneficios del capital se pretenden como un camino seguro al empobrecimiento y por ende a la imposibilidad de alcanzar cualquier mejora en las condiciones de trabajo de los asalariados; lo primordial es crear riqueza, de repartirla ya hablaremos. La crisis ha venido a demostrar que todas las medidas que se propongan o que se adopten en la línea en que se ha hecho hasta aquí significaran más de lo mismo, por eso hay que ponerse manos a la obra y evitar que la sociedad siga funcionando así, este modelo se ha demostrado que no vale, que no soluciona los problemas de la mayoría social que lo compone, que lo que provoca es que cada vez en periodos de tiempo más corto se produzcan este tipo de situaciones duras y caóticas. Hay que convencerse y cambiar la dinámica que nos han impuesto, esta sociedad no puede seguir siendo individualista, competitiva, insegura y antisocial, hay que perder el miedo y recuperar el interés colectivo de los valores que siempre han hecho avanzar a la sociedad. Estoy convencido de que este cambio necesario no vendrá impulsado por los políticos, pero y esta es la pregunta del millón ¿Serán capaces las organizaciones sindicales de plantar cara de verdad, de exigir y de impulsar ese cambio imprescindible?.Lo que es de justicia es que quienes no deben pagar la crisis son los pobres.

2 comentarios:

  1. Pues cambiemos a las organizaciones, empeñémonos en ello y no paremos hasta conseguirlo. No se trata de gritar más alto, sino de ser efectivo. Toda organización tiene un fin, un interés que la mueve, que bastantes veces en la realidad no coincide con aquello que propaga o difunde. Empecemos por ahí, por impedirles el fin oculto que las mueve y luego ya veremos.
    Tenemos que conseguir que la democracia sea más directa, con mayor capacidad de decisión en manos de los ciudadanos y no limitarnos a votar cada cuatro años la opción menos mala. Hay que exigir ser partícipe, involucrarnos en las cuestiones y crear el clima necesario para que nuestras aportaciones ayuden a sacarlas adelante. Tenemos la tecnología y las ideas. ¿Qué es lo que nos falta?.

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  2. Lo que falta es ganas de implicarse, hay un entramado con mucho poder en las organizaciones politicas y sindicales que hace muy dificil que los mejores sean los que esten al frente de las ideas y la lucha, asi es imposible avanzar. Lo que no cabe duda es que tu y yo lo seguiremos intentando como hemos hecho siempre. Salud Grego.

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