martes, 31 de marzo de 2009

Sociedad y Empresa.

Vivimos en una sociedad cada vez mas deshumanizada, más cruel y sustentada en el individualismo, cada vez importan menos las personas, sus problemas, sus inquietudes, sus sentimientos, solo importan las cuentas de resultados económicos. Pasamos de ser seres humanos a simplemente mercancías en un pis-pas. En las empresas, en cualquiera de ellas, desde la que fabrica tornillos (por poner un ejemplo) hasta la que, una vez que estás muerto te entierran o incineran, solo buscan los beneficios por los servicios prestados, servicios que dejan mucho que desear sobre todo por el precio tan alto que pagamos. Ese trato distante, desconfiado, en ocasiones denigrante que recibimos, ese estar a la defensiva como si de enemigos se tratara, son actitudes que lejos de desaparecer cada vez están más arraigadas, es más, creo que son las instrucciones precisas que de manera subliminal se dan, porque lo contrario supone un mayor coste y eso no es rentable en términos económicos que es en lo que se mueve cualquier negocio. Todo acaba cuando desde la mentira de la publicidad engañosa te captan como una fuente de ingresos, a partir de aquí pasas a ser un beneficiario y es entonces cuando eres a su vez un problema.
En este punto cabe preguntarse si vivimos en una sociedad tan poco solidaria que no sentimos compasión por nadie y la respuesta creo que podría ser apabullante, porque la reacción inmediata de las personas cuando conocen una injusticia es de perplejidad y preocupación, pero esto en sí mismo no soluciona el problema, hace falta ir más allá, esa impotencia compartida ha de traducirse en una corriente de protesta enérgica, es desde el compromiso y la implicación de todos los ciudadanos lo que puede cambiar la tendencia actual que nos lleva al abismo. Ese abismo que han creado y que componen este consorcio empresarial que se ha apropiado de la soberanía de las persona para entregárselo a las grandes empresas y multinacionales, que hacen negocio a costa de nuestra salud, nuestros derechos y libertades, las que quieren que sigamos viviendo en el mundo marginado de los que deben callarse y aguantar todo. No lo permitas.

miércoles, 25 de marzo de 2009

Pensar en el futuro

La vida es breve y la historia así nos lo ha enseñado, los humanos hemos sabido organizarnos en comunidad de diferentes formas político-económicas que han ido adaptándose en los tiempos a las ideologías y a la economía, pero siempre ha ocurrido que han sido adaptaciones del propio sistema, lo cierto es que ningún sistema político-económico, hasta ahora, ha sido definitivo aunque el que se posterga en el tiempo en sus diversas adecuaciones es el sistema capitalista. Se nos muestra como el mejor de todo sistema anterior y como el único capaz de organizar la vida en común actual, sobre todo después de haber eliminado al sistema adversario, el comunismo. Aunque hasta ahora ha sido así, esto no puede significar que siempre vaya a ser así. Los continuos tropiezos, las crisis cíclicas del sistema capitalista son claros síntomas de su agotamiento, es hora ya de pensar en el futuro tomando como referencia el pasado para no caer en los mismos errores del presente. Lo impensable antes, en algún momento se hizo pensable, después fue posible y real.

La crónica política no puede continuar oscilando entre los conflictos de liderazgo, la corrupción y la crisis, estas constantes que aparecen ante la opinión pública como males endémicos de la sociedad y que hace pensar que los políticos son ese castigo que nos ha tocado en desgracia, una generalización tal vez injusta y demoledora, pero no exenta de razones porque la práctica habitual no suele corresponderse con la ideología y los objetivos programáticos, más bien se corresponden con el fortalecimiento de expresiones personales, de poder, de intereses ajenos a la gran mayoría de ciudadanos. Es requisito indispensable para participar en cualquier convocatoria de empleo público y privado demostrar la capacidad, el merito y la cualificación, sin embargo, para las tareas de responsabilidad política, vale cualquiera, sorprende el pobre expediente medio de los políticos.
En política, en la política de los bandos, hay intenciones, actitudes y decisiones que pueden ser buenas, malas o perversas y ocurre que en la mayoría de los casos se está más cerca de las dos últimas categorías. Predominan los correveidile, los alcahuetes, los advenedizos, los oportunistas, malversadores, comisionistas y los rateros. Hay que cambiar esta tendencia y erradicar de la vida pública, del poder, a todos aquellos que no estén por la labor de cumplir lo que prometen desde la habilidad y el ejercicio de decir lo que el que le escucha quiere oír, a sabiendas de no estar dispuesto a cometer. Un buen ejemplo a seguir está en los científicos, médicos, investigadores que dedican su vida a la búsqueda continua de avances y al servicio de los demás, hacen falta personas irreprochables que estén dispuestas como los anteriores a trabajar en regenerar y crear el clima de confianza necesario en los ciudadanos en torno a las políticas. Esta es la gran asignatura pendiente sin la cual no habrá posibilidades de cambiar el sistema, no es imposible la labor preventiva de alejar a los miserables de la vida pública, seguro que no lo es.

domingo, 22 de marzo de 2009

Hablemos un poco de la crisis.

La crisis económica ha adquirido una dimensión realmente preocupante pues afecta, como siempre, a los más vulnerables. Y éste “como siempre” denota la sumisión, la entrega y el sentirse una vez más derrotado por el sistema capitalista. Los más vulnerables son los pobres, los trabajadores y los asalariados, que a su vez son los que crean riqueza, la cual no controlan ni tienen parte en los beneficios, esos cientos de miles de millones que se reparten entre unos cuantos de especuladores, de mafiosos de las finanzas y de gente sin escrúpulos. Dicen los economistas que su detonante fueron las hipotecas basura, las operaciones de ingeniería financiera, los paraísos fiscales, las emisiones de bonos de alto riesgo sin control y todo esto nos ha llevado a esta situación tan grave, si a la gran cantidad de derivados financieros tóxicos que no tenían un valor real que los sustentara que se pusieron en circulación le sumamos que los gobernantes no querían ver o preferían mirar hacia otro lado, pues siempre viene bien cuando se gobierna, que la economía marche con crecimiento, sin plantearse las características de cómo se produce, si alguien preocupado por lo anterior, se le ocurría decir que había que estar muy vigilantes sobre la expansión del mercado inmobiliario, del sistema financiero, de las burbujas especulativas que se estaban creando en los mercados, automáticamente era acusado de alarmista por los políticos y los empresarios sin ningún tipo de rubor. Ahora nos encontramos en algo mucho más grave que en una crisis financiera, es mucho más que eso: es una crisis global, pues supone el agotamiento de un modelo de crecimiento que modifica el equilibrio ecológico, que también afecta a los alimentos, la energía y que ha sido incapaz de combatir la pobreza, el hambre y la exclusión social, en definitiva, un sistema económico mundial desigual y depredador de las personas y la naturaleza.
No es la primera vez que ocurre y si no ponemos los medios y controles necesarios no será la última, hay que coger el toro por los cuernos de una vez para siempre y establecer los controles de regulación de los bancos, de todas las instituciones bancarias y financieras y de todas aquellas empresas que tras el escudo de la ley de la selva económica, que se basan en prácticas nada ortodoxas, en las que predomina el enriquecimiento rápido y fácil a costa del sufrimiento de tantos no puede continuar, no se puede consentir que se prorrogue la desigualdad tan grande que existe entre la población.
Las privaciones y los costes a pagar son demasiado elevados para la economía de los trabajadores, estamos viendo como se engaña una y otra vez a los mismos, como piden o exigen los empresarios y los políticos que hay que apretarse el cinturón, que hay que trabajar más horas y en peores condiciones, con el mismo sueldo o incluso proponen bajarlos, a su vez quieren que continuemos con el mismo ritmo de consumo porque este es el que estimula la economía de los países, aquí hay algo que no cuadra de ninguna de las maneras, si trabajo más, si gano menos o igual, que me expliquen como puedo consumir más si tengo menos tiempo de ocio y menos dinero para gastar, pero además, si trabajo más horas produzco mas, por lo que hacen falta menos trabajadores en la empresa, por tanto más paro, otra consecuencia de lo que proponen es que se produciría mas absentismo laboral porque al trabajar más horas me cansaría mas, produciría menos, habría más accidentes laborales, mas enfermedad, en definitiva se produciría un aumento del absentismo laboral con el consiguiente coste, en fin, con las propuestas que se están haciendo basadas todas en el neo liberalismo veo muy difícil que podamos salir de la crisis fortalecidos, más de lo mismo no es la solución.
Hay una fábula que viene a demostrar el poco sentido que tiene el sistema capitalista, es extrapolable a cualquier país del mundo, es la siguiente:
El turista le pregunta:
—"Y usted, ¿a qué se dedica? ¿En qué trabaja?".
El mexicano responde:
—"Soy pescador".
—"¡Vaya, pues debe ser un trabajo muy duro! Trabajará usted muchas horas".
—"Sí, muchas horas", replica el mexicano.
—"¿Cuántas horas trabaja usted al día?".
—"Bueno, trabajo tres o cuatro horitas".
—"Pues no me parece que sean muchas. ¿Y qué hace usted el resto del tiempo?".
—"Vaya. Me levanto tarde. Trabajo tres o cuatro horitas, juego un rato con mis hijos, duermo la siesta con mi mujer y luego, al atardecer, salgo con los amigos a tomar unas cervezas y a tocar la guitarra".
El turista norteamericano reacciona inmediatamente de forma airada y responde:
—"Pero hombre, ¿cómo es usted así?".
—"¿Qué quiere decir?".
—"¿Por qué no trabaja usted más horas?".
—"¿Y para qué?", responde el mexicano.
—"Porque así al cabo de un par de años podría comprar un barco más grande".
—"¿Y para qué?".
—"Porque un tiempo después podría montar una factoría en este pueblo".
—"¿Y para qué?".
—"Porque luego podría abrir una oficina en el distrito federal".
—"¿Y para qué?".
—"Porque más adelante montaría delegaciones en Estados Unidos y en Europa".
—"¿Y para qué?".
—"Porque las acciones de su empresa cotizarían en bolsa y usted se haría inmensamente rico".
—"¿Y para qué?".
—"Pues para poder jubilarse tranquilamente, venir aquí, levantarse tarde, jugar un rato con sus nietos, dormir la siesta con su mujer y salir al atardecer a tomarse unas cervezas y a tocar la guitarra con los amigos".

miércoles, 18 de marzo de 2009

Defender la Libertad




Otra vuelta de tuerca más de los obispos y van…., claro es que el gobierno no deja de provocarlos y ellos ya están cansados de guardar silencio y de estar quietos, que así se pasaron cuarenta años con Franco, pero los tiempos han cambiado y haciendo uso del derecho (que nadie les niega) que tienen a expresarse y manifestarse cómo y cuando les dé la gana y que ellos (los obispos) tanto contribuyeron a conseguir, pues resulta que no solo les preocupa la libertad y la democracia, sino que también las familias de bien y el acoso que están sufriendo las mujeres en particular. La curia sabe de todo esto tela marinera, a través del voto de obediencia saben mejor que nadie como sentirse libres, el voto de castidad les atribuye conocer perfectamente las relaciones sexuales entre personas, ni que decir tiene que con el sacrificio del celibato saben mejor que nadie los problemas y los intereses de las familias, estos iluminados saben más que nadie sobre la concepción, la gestación y el parto, esto es lo primero que aprenden en esos libros que les da su infinita sabiduría y bondad.
PD: Extraña paradoja la de estos verdugos que se sienten víctimas.

martes, 10 de marzo de 2009

Regeneración de la Democracia.

Así comenzaba un articulo un periodista director de una de las emisoras de radio que componen la cadena ser: Cuando fluye la baba y el periodismo se acojona la tiniebla va cubriendo el espacio vacío; un territorio abandonado que ocupan pajilleros, reprimidos, grasientos, puteros, siniestros, cobardes y acomplejados, con nombres y apellidos…….
Bastante significativo lo que decía y no menos preocupante por cuanto si esto es lo que opina un profesional de la información, imaginaros cuales han sido las razones por las cuales se ha atrevido a difundir reflexiones de tamaño calado, quiero pensar sin temor a equivocarme que son fruto de una persona íntegra de las que aún quedan en este valle de lagrimas, de trampas, de obstáculos y de intereses. Unas declaraciones de este tipo supone para el que las hace un enfrentamiento directo con uno de los poderes más importantes en la sociedad actual, todo lo que se mueve ha de contar obligatoriamente con la participación, colaboración y visto bueno de los redactores de los medios de comunicación, de no ser así la noticia no es noticia. La censura sigue vigente, la interpretación es lo que prevalece y esta va en función de lo que interesa que la opinión pública defienda, a esto es lo a lo que llamo “crear opinión pública”, que no tiene nada que ver con el derecho a la información veraz. Esto viene a confirmar lo que nos ha tocado aguantar de la prensa, yo como trabajador de un empresa pública le he sufrido en mis propias carnes, no había un solo día que no nos pusieran a parir por la convocatoria de huelga que nos vimos obligados a convocar ante los incumplimientos de convenio que la empresa hace, todos hemos asistidos estupefactos (unos más que otros) a las barbaridades que se decían en esos artículos, incluso nos dedicaron para nuestra desgracia un encuentro digital el cual fue manipulado en los mismos términos que ha sido manipulada toda la “información” sobre la huelga y sus razones. Si a los trabajadores a través de nuestros representantes (no todos) nos hubieran dado la mitad del espacio y del tiempo que han dedicado a los políticos y directivos, estoy convencido de que no habrían sido capaces de poner a la opinión pública en nuestro contra, seguro que no. Ahora debemos tomar buena nota de lo acontecido, debemos exigir al periodismo que no practique la discriminación, que no continúen silenciando la voz de los trabajadores, ¿solo somos noticia para lo malo?, ya está bien. Quienes se creen que son para declararse jueces, quienes son para condenar sin pruebas. Lo que ha quedado manifiestamente claro es al servicio de quienes están, no hay duda, del poder y de los poderosos, mientras persistan en su actitud su denominación no puede ser la de periodismos, más bien ha de llamarse bodriorísmo.
Como el artículo no tiene desperdicio, me permito editar como finalizaba su reflexión:
Son de ilustres burgos, ansones, losantos, pejotas, usias y alguna que otra schlichting, pero segregan ese líquido viscoso y corrompido por la comisura de sus parpados, acentuando el asco que desprende su mirada.

Tenemos que mirar sus caras, seguir con atención el recorrido; ver como avanza ese residuo pútrido que desciende por los pliegues hasta la boca, como carcome gota a gota su lengua relamida; como la inunda y luego la desborda, para proseguir su camino hasta la mano pegajosa que sostiene la pluma y derramar allí toda su miseria.

Cuando fluye toda esta baba compartida y el periodismo se acojona, estos mirones clandestinos, estos fetichistas de la mugre, se proclaman profetas con derecho de pernada, levantan púlpitos con barrocos tornavoces, apoyan sus falanges en el antepecho, despliegan su abyección más tenebrosa y corrompen el espacio compartido.

Cuando el periodismo se acojona delante de estos usurpadores del oficio, la cloaca extiende su dominio, se adueña de la plaza pública y construye allí su pasatiempo favorito: el juego delictivo del insulto, donde prevalece y se premia la discriminación por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social, como pueden ser la orientación sexual, la fe o falta de ella, la ideología, la gestación, la edad, el nombre o el apellido.

Cuando el periodismo se acojona delante de estos mediocres, que confunden la baba con el intelecto, nuestra profesión pierde el futuro; los ciudadanos, su libertad, y la democracia, el sentido.

El periodismo tiene que hacer frente a la contaminación que desprenden estos exhibicionistas de la baba en la pluma, a la perversión que esconden bajo el necesario paraguas de la libertad de expresión.

Son previsibles. Se plantan delante de sus víctimas y abren con rapidez sus gabardinas, dejando ver su desnudez intelectual. Pero, son cobardes. Si les plantamos cara, mirando fijamente sus despojos orgánicos, señalando con el dedo su minusvalía y mostrando nuestro desprecio con una sonora carcajada, que al tiempo alerte al resto de la ciudadanía, salen corriendo a esconder sus complejos y sus colgajos... en el fango.